El trabajo de menores es una realidad social, compleja, que vulnera los derechos de la niñez, y que pese a que la legislación vigente prohíbe este tipo de prácticas a los menores de 12 años y determina algunas condiciones excepcionales a personas entre esa edad y los 17 años (Ley 1098 de 2006, artículo 35), en la realidad encontramos que por diversas circunstancias esta actividad se ha convertido en una realidad cotidiana, generalizada y aceptada por los diversos actores sociales.
En principio, la consecuencia primordial del trabajo de los menores se podría identificar como estrategia para mitigar la pobreza de sus familias, pues entre menos recursos económicos posean las familias más pronto es el ingreso al mundo laboral de los menores, toda vez que se trata de una práctica apetecida por los empleadores, en el entendido que es mano de obra barata, por encontrarse por fuera del marco normativo colombiano para su ejercicio. Debemos anotar que entre más riesgos se corra por el ejercicio laboral de los menores, serán siempre los más necesitados en acceder al mismo.
Como resultado de lo anterior, el panorama para la región puede verse amenazado, pues una región que posea índices considerables de desplazamiento y por consiguiente de menores trabajadores, es una región que en el futuro verá muy limitados y comprometidos sus procesos de desarrollo, por los bajos niveles de educación de su población, la falta de preparación técnica para el ejercicio laboral, con niveles de violencia intrafamiliar bastante significativos y con una situación social muy preocupante. |
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